domingo, 24 de enero de 2010

El gato y la mantequilla


Y seguimos en la "onda" frankliana (ver, si quieren, La lectora de Alabama). En las págs. 133 -134 del libro citado, Frankl (que por algo estuvo en un campo de concentración, donde perdió a su primera señora), a propósito del reduccionismo, nos cuenta un chiste judío (y, por tanto, para pensar...):

Dos miembros de la comunidad judía acuden al rabino, ya que tienen una disputa entre ellos. El uno acusa al gato del otro de haberse comido 2 kgs. de mantequilla que le pertenecían. O sea, el gato entró a su cocina y zarp! se comió los dos kilos.

El otro judío dice que su gato NO come mantequilla.

El rabino -una especie de juez, en este caso- hace traer el gato y... y lo pesa. El gato pesa exactamente 2 kilos.

El rabino dice entonces: Ya tenemos la mantequilla, ahora sólo nos falta encontrar al gato.


4 comentarios:

Carolina Cruz dijo...

No le entendí por más que estuve pensando :(

Marta Salazar dijo...

Hola Pancho! sí, sé que es algo difícil de entender a la primera,

la clave es el reduccionismo, que, en su versión más común, nos dice que "el hombre es lo que come" o "los sentimientos son descargas nerviosas de las neuronas" o similares,

Frankl piensa que hay que entender y ver al ser humano desde una perspectiva multilateral y que, indudablemente somos más de los que comemos...

así como el gato es más que la mantequilla :)

Gracias por tu comentario, una buena semana y un abrazo!

Carolina Cruz dijo...

Ohhh... gracias por la aclaración :) ya me quedé con la duda, en estos días buscaré acerca de ello...

Je je y ya que andamos aclarando, soy Pancha jiji, gracias por tu comentario en mi blog ;)

Marta Salazar dijo...

Gracias a ti Pancha!

mi comentario fue... sincero ;)

un abrazo!