De la excelente colección de chistes titulada No discutan con los niños, me llegó de Buenos Aires... y ¡tenía que llamarse Luis Miguel!
Una honesta niña de siete años admitió calmadamente a sus papás que Luís Miguel la había besado después de la clase.
"¿Cómo sucedió eso?" Preguntó asombrada su mamá.
"No fue fácil, "admitió la pequeña señorita,
"pero tres niñas me ayudaron a agarrarlo."
Reflexiones sobre una nueva constitución para Chile, por Javier Edwards
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*Recibí este texto por whatsapp. Copio lo que recibí. Supongo que será de
Javier; pero no estoy segura, ni tengo cómo comunicarme con él para
preguntarle....
Hace 4 años.
5 comentarios:
Después la niña crece y ya no tiene necesidad de presionar al niño, al contrario, tiene que sacárselo de encima...
Saludos
Habrá que escuchar la versión del niño contándoselo a sus amigotes dentro de unos años...
ja ja, tienen razón!
uy, Más claro, no había pensado en eso, pero me lo imagino!
Un abrazo!
Ja! Me recuerda a ese otro chiste:
- Señorita, ha llegado usted muy tarde hoy al trabajo.
- Disculpe, pero es que ¡me seguía un hombre!
- ¿Y...?
- Andaba tan despacio...
ja ja, demasiado bueno Altea! gracias!
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