Gracias a Hilda (A la defensa de la vida y la salud y La cámara de las meditaciones).
Y entonces el poeta dijo:
Ustedes querrían conocer el secreto de la muerte,
¿Pero cómo lo sabrán si no lo buscan en el corazón de la vida?
El búho cuyos ojos están ciegos para el día, no pueden descubrir el misterio de la luz.
Si ustedes de verdad, quieren conocer el espíritu de la muerte, abran sus corazones ampliamente al cuerpo de la vida.
Porque la vida y la muerte son uno, como son el río y el mar.
En la profundidad de sus esperanzas y deseos yace su callado conocimiento del más allá.
Y como semillas, bajo la nieve, su corazón suena con la primavera.
Confíen en los sueños, porque en ellos se encuentra escondida la puerta de la eternidad.
Su temor a la muerte, no es sino el temblar del pastor, cuando está ante el rey cuya mano, está a punto de colocarse sobre su hombro con honor.
¿No está el pastor jubiloso de su temblor sabiendo que él llevará la marca del rey?
¿Por qué es el morir, sino entregarse desnudo al viento y fundirse en el sol?
¿Y qué es el cesar de respirar, si no libertad al respiro de sus infatigables ataduras y que se pueda elevar expandirse y buscar a Dios?
Solamente cuando beban del río del silencio en verdad cantarán.
Y cuando hayan alcanzado la cima de la montaña, entonces empezarán a escalar.
Y cuando la tierra reclame sus miembros entonces realmente danzarán.
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