martes, 9 de diciembre de 2008

¿De izquierda o de derecha?




Me lo envió una prima, desde Chile, hace ya tiempo. Aunque creo que viene de Argentina (por un detalle del lenguaje que cambié, para hacerlo más internacional). Aunque, por mi experiencia, ocurre exactamente al revés: los padres -y muchos profesores, universitarios o de colegio- son más de tendencia socialista que los hijos, que son menos ideológicos, ya que la era de las ideologías, parece que ya ha pasado... de moda y no atrae demasiado a las nuevas generaciones, más prácticas. Además, si hay alguien que está pasado de moda es Charly (ver foto).

Una amiga universitaria cursaba el sexto semestre de sus estudios. Como es común en los universitarios, pensaba que era de izquierda y estaba a favor de la distribución de la riqueza, que aun ella no había logrado. Tenía vergüenza que su padre fuera de derecha y que se opusiera a los programas socialistas, proyectos de ley que otorgaban beneficios a los que no los merecían e impuestos mas altos para los que tenían mayores ingresos de dinero.

Sus honorables y objetivos profesores le habían asegurado que la de su papá era una filosofía equivocada. Por lo anterior, un día se decidió a enfrentar a su padre. Le habló del materialismo histórico, la dialéctica de Marx, tratándole de hacerle ver a su padre cuán equivocado estaba al defender un sistema tan injusto como el que defendía la derecha.

En medio de la conversación su padre le pregunto:

- ¿Cómo van las clases?

- ¿Van bien respondió la estudiante - tengo promedio de notas de 17 puntos. Me cuesta, no tengo vida social y duermo poco, pero lo logro.

El padre pregunta: - Y a tu amiga Soledad, ¿cómo le ha ido?

La hija respondió muy segura de sí misma:

- Muy mal, Soledad tiene cero cinco de promedio. Se pasa todo el tiempo en los centros comerciales, anda de fiesta en fiesta, no estudia y muchas veces ni siquiera asiste a clases. No me extraña que repita el semestre.

El padre mirándola a los ojos, le respondió:

- Entonces busca al Jefe de Departamento o al Decano mismo, a quien tu quieras y pídele que le transfiera 6 de los 17 puntos tuyos a ella, para que ambas tengan un 11, esta sería una buena y democrática distribución de notas.

Ella indignada le grita: ¿¡Por qué!? Argumentando que había tenido que trabajar muy duro para lograr su promedio, mientras que Soledad se había limitado a no estudiar y a buscar el lado fácil de la vida. Ella no le iba a regalar su trabajo a otra persona.

Su padre la abrazo cariñosamente y le dijo: -"!!! BIENVENIDA A LA DERECHA!!!"


7 comentarios:

Luis y Mª Jesús dijo...

Buenísimo!!!. Lo voy a utilizar para explicar el socialismo a más de uno.
Gracias

Altea dijo...

Sencillamente GENIAL!
Me recuerda a uno de los sainetes de Carlos Arniches, titulado "Los ricos".

Marta Salazar dijo...

gracias amigos!

Luis y Ma. Jesús, un muy buen amigo mío que se fue a trabajar al "otro lado de Alemania" cuando cayó el telón de acero, llevaba a sus hijos a "pasear" por "el lugar" (sobre todo cerca de los terrenos contaminados) y les decía:

"para que no se les olvide nunca: esto es el socialismo",

sí, no hay que olvidar que la consecuencia más terrible del socialismo en Europa y en todo el mundo, ha sido, la pobreza, la contaminación, la falta de libertad y el pisotear la dignidad humana con ambos pies.

Lo sabemos perfectamente quienes conocemos bien el "socialismo real".

Altea, cuando yo estaba en el colegio, vi algunos sainetes y me parecieron muy buenos (los artistas gritaban mucho al actuar, eso sí, je je),

no lo conozco, a ver si nos cuentas de qué se trata!

Muchos saludos y mil gracias por los comentarios!

Unknown dijo...

atinado el comentario....
Te he puesto en mi blog para que te visiten!!

Marta Salazar dijo...

gracias!

Hilda dijo...

muy, muy bueno!!! yo no sé de sistemas económicos pero siempre he pensado que el dinero debe estar en manos de quien trabaja y se lo gana. Muy buen chiste!! saludos. Hilda

Marta Salazar dijo...

así es!

y la verdad es que, es también lo que piensa la izquierda en los países "desarrollados"!

saludos querida Hilda!