Y seguimos en la "onda" frankliana (ver, si quieren, La lectora de Alabama). En las págs. 133 -134 del libro citado, Frankl (que por algo estuvo en un campo de concentración, donde perdió a su primera señora), a propósito del reduccionismo, nos cuenta un chiste judío (y, por tanto, para pensar...):
Dos miembros de la comunidad judía acuden al rabino, ya que tienen una disputa entre ellos. El uno acusa al gato del otro de haberse comido 2 kgs. de mantequilla que le pertenecían. O sea, el gato entró a su cocina y zarp! se comió los dos kilos.
El otro judío dice que su gato NO come mantequilla.
El rabino -una especie de juez, en este caso- hace traer el gato y... y lo pesa. El gato pesa exactamente 2 kilos.
El rabino dice entonces: Ya tenemos la mantequilla, ahora sólo nos falta encontrar al gato.
4 comentarios:
No le entendí por más que estuve pensando :(
Hola Pancho! sí, sé que es algo difícil de entender a la primera,
la clave es el reduccionismo, que, en su versión más común, nos dice que "el hombre es lo que come" o "los sentimientos son descargas nerviosas de las neuronas" o similares,
Frankl piensa que hay que entender y ver al ser humano desde una perspectiva multilateral y que, indudablemente somos más de los que comemos...
así como el gato es más que la mantequilla :)
Gracias por tu comentario, una buena semana y un abrazo!
Ohhh... gracias por la aclaración :) ya me quedé con la duda, en estos días buscaré acerca de ello...
Je je y ya que andamos aclarando, soy Pancha jiji, gracias por tu comentario en mi blog ;)
Gracias a ti Pancha!
mi comentario fue... sincero ;)
un abrazo!
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