martes, 28 de agosto de 2007

La alemana y el negro


Como anduvieron diciendo por ahí (lector español en un blog amigo (Sudaka Universal: Hoy en Alemania, mañana en...) que yo soy una racista, je je, no me queda más que reírme y sumarla a la cantidad de tonterías que me han dicho (98% desde la Madre Patria, el 2% es de un venezolano).

... me gustaría copiar un artículo que publiqué en mi blog ante ante anterior La alemana y el negro

La verdad es que -gracias a Dios- las mujeres alemanas no encuentro que sean prejuiciosas frente a los hombres de color... de hecho, tengo una amiga muy rubia casada con un chico muy negrito. Me atrevería a decir que el racismo es más bien un problema masculino en Alemania, no sé cómo será en otras latitudes...


Aquí va la historia (es una creación literaria, hace unos días, me llegó lo mismo, pero con otros personajes y en pps).


Recibí esta historia por mail. El enlace, que también venía en el mensaje es de Solidaridad Net. Se llama El Negro

Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa.

Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja.

De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países.

De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella.

Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.

Autor: Solidaridad.net- Fecha: 2005-05-17


7 comentarios:

Interruptor dijo...

Marta, le ha "caído" un Thinking a CYPV. Es bueno hacer pensar utilizando el humor.
Pásate a recogerlo.

Marta Salazar dijo...

GRACIAS!!!!! UN HONOR!!!!!

acerca de lo que digo en este art. de la blogósfera espanola... es que se necesitan muchos más buenos bloguers espanoles... como tú!

Un abrazo!

Alejandra dijo...

Entretenida la historia
La alemana es una volada.
El africano es un caballero.
Es agradable comer con sonrisas.
Saludos Marta

Marta Salazar dijo...

gracias a ti Ale!!!

Pasa manana por aquí, tendrás una sorpresa!!! que espero, te saque más sonrisas!

Hoy salió una columna mía en La 2a., "porsiaca" le quieres dar un vistazo!

Un abrazo!

Sudaka Universal dijo...

Mi novia de manera cariñosa me suele decir "Mi negrito". El diminutivo viene por que no supero los 1,70 m. Y como sabrás, por estos lares de esa talla hacia abajo ya se es un kleiner ;-)
Menos mal que ella tampoco los supera, porque sino ahí se que estuviera yo bonito... ;-)

Yo más bien soy marrón canela. Aunque mi bisabuelo paterno era negro petróleo.
Se dice que sus ancestros venian de la zona del Congo, Zaire o Camerún.

A veces me pregunto si el bisabuelo paterno de mi novia no se revuelca en su tumba ;-) Ya que el hombre peleó en las 2 guerras mundiales...

Un saludo.

Marta Salazar dijo...

no seguro que no se revuelca en la tumba... porque si tú la quieres y la haces feliz...

antes había muchos prejuicios y hoy todavía quedan algunos.

No sé si será por la ley de la oferta y la demanda, pero desde que vivo en D, encuentro que los merenitos son mucho más atractivos que los rubios, je je

Un abrazo fuerte y otro a tu novia!!!

Marta Salazar dijo...

ah y yo también aquí soy enana, por eso no cabía en mi felicidad, porque en Luxemburgo había ropa de mi talla!!! he decidido ir a Luxemburgo a vestirme, ja ja